24.1.17

EL AGUJÓN
¿Quién no le conoce? Pejecito sabio si los hay, cazurro, se hace pasar por nada, picotea cuando puede lo que se le da a comer y escapa en una revoltura. Los pequeños están por las orillas donde el mangle hunde sus raíces, protegiéndose, pero los hay bastante crecidos aguas adentro.
Es la carnada más usual en Cuba para la pesca al curricán de especies pelágicas. Unas hebras de caprón de color amarillo se atan a una línea ligera y se curricanea con esta “mota” en las proximidades de la costa hasta que se captura un par de estos peces. Se sacan ambas bandas del pez, se les rebaja la carne y se ata cada una al anzuelo, cortándoles dos puntas al extremo libre para que aleteen como un gallardete en la superficie cuando se lleven a remolque. Un experimentado capitán de la pesca turística, el fallecido Miguel Coello, decía: “Otro que es muy bueno para encarnar en el anzuelo cuando se pescan agujas es el agujón. Por ejemplo, yo preparo un tronquito que es de la parte de atrás; se le saca la columna, se le saca dos tapas, y se ponen al revés, con la punta donde tenía la cola hacia delante. Con eso hemos cogido los pescados más grandes” (1).
Es de las especies más utilizadas para encarnar el anzuelo en la pesca al vivo. Otros procedimientos se emplean para su captura, que incluyen el uso de una luz y la colecta nocturna con chapingorro, el señuelo artificial y diversos tipos de carnada.
Como cebo lo más común parece ser el destollo de otros o los mismos peces que se intenta capturar. Hace unos años, en el Malecón de La Habana era muy popular un procedimiento de pesca específico para el agujón con carnada natural; consiste en el uso de un flotador al extremo de la línea, seguido por un reinal de unos 40-50 centímetros y luego el anzuelo con un destollo de carnada blanca. El peso del flotador contribuye al impulso de la línea, que se recobra suavemente, dando cortos tirones que hacen que la carnada ascienda hasta tocar la superficie cada cierto trecho, provocando el ataque del agujón (2).
Cuando el interés por los récords de pesca se alentó en la segunda mitad de los pasados años 70, un agujón de 8,15 libras formó parte de las primeras inscripciones, aparecidas en un registro que formó parte de una Agenda publicada en 1977, durante el XV Torneo de la Aguja "Hemingway”. El pez fue cobrado a vara y carrete por Rolan Cañas, con línea de 6 libras. La marca para esta categoría de línea fue superada en 1987 con un ejemplar de 13 libras, capturado a carnada, y uno de 12 libras cobrado con el mismo tipo de avío y sedal de resistencia similar al peso del pez un año antes.
Los agujones pertenecen a la familia Belonidae, con seis especies en nuestras aguas. El agujón de golfo (Ablennes hians) alcanza casi un metro de longitud y posee un color verdoso con reflejos azulosos en el dorso y plateado en el abdomen. El agujón de costa, Tylosurus raphidoma, pasa del metro y lleva color verdoso en el dorso; del mismo largo es Tylosurus acus, pero otras especies del grupo crecen apenas la mitad, como Platybelone argalus (agujón aquillado), de pico muy largo, y Strongylura notata (agujón de aletas rojas), mientras S. Timucu es aun menor (3). “Su carne es poco estimada”, dice el Dr. Poey, quien señala que varias de las especies identificadas por él son comunes (4).







NOTAS
1- León Almeida, Ismael: El torneo cubano de Ernest Hemingway (2012). Obra en proceso de edición.
2- León Almeida, Ismael: Técnicas y peces del aficionado cubano. Editorial Científico Técnica, La Habana, página 93.
3- Véase Darío Guitart Manday: Sinopis de los peces marinos de Cuba, Academia de Ciencias de Cuba, La Habana, 1975, tomo II, páginas 241 a 248.
4- Poey y Aloy, Dr. Felipe: Ictiología cubana. Editorial Imagen Contemporánea, La Habana, 2000, Vol. II, páginas 688-695.








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