BIAJACA CRIOLLA, CÍCLIDO CUBANO
Después de sobrevivir hasta en las más extremas condiciones en las aguas dulces de Cuba y de haber servido de alimento a los primeros pobladores del archipiélago, hoy día habría que preguntarse si la endémica Biajaca criolla (Cichlasoma tetracanthus) está llegando al límite de su capacidad de adaptación y podría hallarse frente a un verdadero riesgo ecológico a causa de nuevos retos, debidos principalmente a la acción humana.
Probablemente los más jóvenes aficionados a la pesca recreativa en el país hayan visto en muy contadas ocasiones algún ejemplar de esta carismática especie, que hace medio siglo todavía podía considerarse captura mayoritaria en ríos y lagunas del territorio nacional, de cuya pesca con medios artesanales vivió parte de la población rural de Cuba antes de 1959.
Hace dos décadas fue dada por primera vez la alerta acerca del acelerado proceso de extinción que enfrenta la biajaca criolla. En un trabajo en el que se proponían soluciones a la evidente declinación de la especie local, dos especialistas del Instituto de Ecología y Sistemática enumeraban en 1990 los principales factores adversos que ésta afrontaba, entre ellos la depredación por los foráneos trucha y pez sol, que alcanzaba a los huevos, larvas, juveniles y adultos, y en ciertos casos la competencia por el alimento que hacía la segunda de esas especies.
Ya en 1969, un estudio realizado por biólogos de la Academia de Ciencias de Cuba había mostrado la absoluta desventaja numérica de la biajaca criolla frente a la trucha y, sobre todo, debido a la masiva colonización de los acuatorios por el pez sol (1). Conteos de población realizados en las lagunas Sabanillas y La Luisa, por ejemplo, revelaron que las especies introducidas representaban en conjunto más del 90 % de los peces, mientras la biajaca estaba presente solo en el 3.6 % y el 2.2 %, respectivamente, de ambos conjuntos.
Estadísticas elaboradas una década más tarde por el Centro de Investigaciones Turísticas mostraron proporciones más alentadoras de la biajaca criolla en la Laguna del Tesoro, respecto a otras especies. El cíclido cubano alcanzó una presencia de 46.7% en el conteo, mientras la trucha le seguía, con 24.3%, y el pez sol llegaba al 20.6% (2). En la actualidad, habría reexaminar estas cifras y que contar con nuevas especies, como la tilapia y el clarias, introducidas en el humedal de Ciénaga de Zapata, de cuyo sistema es importante componente la Laguna del Tesoro.
“Por ser un endémico de nuestro país, la biajaca constituye a la vez un patrimonio nacional y universal que nuestro Estado Socialista tiene el deber de proteger y conservar y por lo tanto, el problema de su extinción no solo es científico, sino también social, jurídico y de creciente relevancia política, dado el auge del movimiento ecologista internacional”, señalaban los biólogos Armando Pérez Martínez y Roberto Duarte Escobar en el informe técnico del logro Repoblación de embalses con biajaca (3).
NOTAS:
1- Sague, H. y M. Straskraba, “La base científica para la pesca en las lagunas dulce-acuícolas”. Cuba, Academia de Ciencias, Serie Bio1ógica (7): 1-17. (1969.).
2- “La explotación turística de la trucha en la Laguna del Tesoro”, Centro de Investigaciones Turísticas, INTUR, La Habana, septiembre de 1979.
3- Citado por León Almeida, Ismael: “Alarma en el fondo del río”. En: ¡Ahora!, Holguín, 4 de mayo de 1991.
Continuar:
-Cíclido vs. Cíclido
-Pez con historia
-Bajo la mirada de los ictiólogos
-El carisma de una criolla
-La propuesta de Pérez y Duarte
Después de sobrevivir hasta en las más extremas condiciones en las aguas dulces de Cuba y de haber servido de alimento a los primeros pobladores del archipiélago, hoy día habría que preguntarse si la endémica Biajaca criolla (Cichlasoma tetracanthus) está llegando al límite de su capacidad de adaptación y podría hallarse frente a un verdadero riesgo ecológico a causa de nuevos retos, debidos principalmente a la acción humana.
Probablemente los más jóvenes aficionados a la pesca recreativa en el país hayan visto en muy contadas ocasiones algún ejemplar de esta carismática especie, que hace medio siglo todavía podía considerarse captura mayoritaria en ríos y lagunas del territorio nacional, de cuya pesca con medios artesanales vivió parte de la población rural de Cuba antes de 1959.
Hace dos décadas fue dada por primera vez la alerta acerca del acelerado proceso de extinción que enfrenta la biajaca criolla. En un trabajo en el que se proponían soluciones a la evidente declinación de la especie local, dos especialistas del Instituto de Ecología y Sistemática enumeraban en 1990 los principales factores adversos que ésta afrontaba, entre ellos la depredación por los foráneos trucha y pez sol, que alcanzaba a los huevos, larvas, juveniles y adultos, y en ciertos casos la competencia por el alimento que hacía la segunda de esas especies.
Ya en 1969, un estudio realizado por biólogos de la Academia de Ciencias de Cuba había mostrado la absoluta desventaja numérica de la biajaca criolla frente a la trucha y, sobre todo, debido a la masiva colonización de los acuatorios por el pez sol (1). Conteos de población realizados en las lagunas Sabanillas y La Luisa, por ejemplo, revelaron que las especies introducidas representaban en conjunto más del 90 % de los peces, mientras la biajaca estaba presente solo en el 3.6 % y el 2.2 %, respectivamente, de ambos conjuntos.
Estadísticas elaboradas una década más tarde por el Centro de Investigaciones Turísticas mostraron proporciones más alentadoras de la biajaca criolla en la Laguna del Tesoro, respecto a otras especies. El cíclido cubano alcanzó una presencia de 46.7% en el conteo, mientras la trucha le seguía, con 24.3%, y el pez sol llegaba al 20.6% (2). En la actualidad, habría reexaminar estas cifras y que contar con nuevas especies, como la tilapia y el clarias, introducidas en el humedal de Ciénaga de Zapata, de cuyo sistema es importante componente la Laguna del Tesoro.
“Por ser un endémico de nuestro país, la biajaca constituye a la vez un patrimonio nacional y universal que nuestro Estado Socialista tiene el deber de proteger y conservar y por lo tanto, el problema de su extinción no solo es científico, sino también social, jurídico y de creciente relevancia política, dado el auge del movimiento ecologista internacional”, señalaban los biólogos Armando Pérez Martínez y Roberto Duarte Escobar en el informe técnico del logro Repoblación de embalses con biajaca (3).
NOTAS:
1- Sague, H. y M. Straskraba, “La base científica para la pesca en las lagunas dulce-acuícolas”. Cuba, Academia de Ciencias, Serie Bio1ógica (7): 1-17. (1969.).
2- “La explotación turística de la trucha en la Laguna del Tesoro”, Centro de Investigaciones Turísticas, INTUR, La Habana, septiembre de 1979.
3- Citado por León Almeida, Ismael: “Alarma en el fondo del río”. En: ¡Ahora!, Holguín, 4 de mayo de 1991.
Continuar:
-Cíclido vs. Cíclido
-Pez con historia
-Bajo la mirada de los ictiólogos
-El carisma de una criolla
-La propuesta de Pérez y Duarte
1 comentario:
hola me parece muy bien que se hable de la fauna cubana en especial de los peces .Coincido con ustedes en que se esta extinguiendo la biajaca criolla y muchos otros ,por lo menos en mi región , les digo que en el embalse Alacranes en la provincia de Villa Clara, segundo mas grande del país estas poblaciones eran abundantes al igual que la trucha la biajaca y el crisol, pero desde hace aproximadamente 10 años estos peses han disminuido drásticamente al punto que pescar una trucha con una caña es casi una hazaña y lo mismo para pescar biajacas ,el tamaño de estas ultimas es increíble, no las hay mucho mas grande de 10 a 25 centímetros y casi ya no hay ,yo quisiera que se hiciera un estudio en dicho embalse para descubrir que sucedió o que esta sucediendo para salvarlo a tiempo , en mi humilde criterio creo que la introducción de la claria a acabado con la mayoría de las especies, si quieren saber mas sobre este embalse y sus características pueden escribir a jbeltran@uclv.edu.cu saludos y sigan trabajando
Publicar un comentario